

María Luisa Bastos Rostan
mis poemas

"...Cierto día tuve que viajar, salimos muy temprano, al amanecer...
Yo había visto el amanecer desde mi casa pero nunca lo había visto en mi ciudad...
Fue maravilloso. Esa imagen dio vueltas en mi cabeza durante tres días ...
hasta que di vida a este poema..."
Mi ciudad amanece
El sol abre los ojos
de puertas y ventanas;
encandilan los rayos
ya viene la mañana.
Levantan las persianas
sus párpados pesados
de sueño y de cansancio
y el sol los ha dorado.
Curiosa una cortina
avizora el día
presagiando buen tiempo
trabajo y alegría.
Al silencio lo corren
los ruidos mañaneros:
cotidianas tareas
con rutina y esmero.
Se sacan los residuos
se lava la vereda
y ya empieza el trajín
de otro día que rueda.
Cada día que nace
es un alumbramiento
trae llanto y sonrisa
trae hambre y sustento...
Gracias a Dios que vemos
despertar otro día
con amor y esperanza
salud y compañía.
Dolores, II de 2001
